La pesadilla del insomnio

Cerca de un 45% de las personas de entre 25 y 45 años consideran dormir menos de lo que necesitarían. El insomnio, ya sea recurrente u ocasional, puede muy pronto transformarse en una verdadera pesadilla, para el que lo sufre. Estrés, cansancio, irritabilidad y dolores, son solo las manifestaciones más visibles relacionadas con la falta de sueño. Pero incluso pueden producirse efectos sobre el propio metabolismo, a largo plazo. Para combatir esta calamidad y lograr dormir bien, en esta página le presentamos algunos consejos relacionados de forma general con una buena higiene de vida, pero también con la calidad de la cama y algunas costumbres que se deben adoptar.

Algunos consejos para el insomnio

Calidad de vida para un sueño reparador

Además de la calidad de la cama, la calidad de vida revela ser la clave de un buen sueño. Apagar todas las pantallas al menos media hora antes de irse a dormir, horarios regulares o una temperatura ideal de la habitación, forman parte de las recomendaciones clásicas. Existen sin embargo muchos factores que pueden perturbar el sueño. A veces, un simple cambio de costumbres logra sin embargo acabar con este insomnio.

Practicar algún deporte con frecuencia, cenar ligero y al menos dos horas antes de acostarse, privilegiando azúcares lentos, leer en lugar de mirar la tele… Estas costumbres pueden ser la clave de un buen sueño, y los efectos benéficos van mucho más allá ya que, una vez realizados estos cambios, ya no será difícil conciliar el sueño. El hecho de beber una infusión ante de dormir también puede favorecer el sueño, gracias a las propiedades bien conocidas de algunas plantas: la tila, la flor de azahar, la manzanilla o la verbena, ofrecen a veces una buena alternativa a los somníferos, desaconsejados para la salud.

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Una buena cama, una compañera indispensable para la noche

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La cama es por lo menos igual de importante que la calidad de vida. Dormir encima de un colchón malo o colocar la cabeza encima de una almohada no adaptada puede ser un obstáculo insuperable para conciliar el sueño. No por nada: las camas malas son a menudo el origen del insomnio y de los dolores dorsales.

Por ejemplo, cerca de un 4% de las personas duermen en un colchón colocado directamente en el suelo. ¡Esta práctica que se debe absolutamente evitar contribuye no solo al desgaste prematuro del colchón, sino también de la espalda del usuario! El somier asegura en realidad un tercio del apoyo del usuario y por ello resulta ser un compañero indispensable del colchón.

Además del binomio colchón-somier, la almohada también es esencial para asegurar un buen sueño. Una almohada mal adaptada es a menudo el origen de dolores dorsales particularmente incapacitantes, que llegan a veces hasta impedir de dormir. Para favorecer el sueño, conviene dedicar una atención particular al conjunto de la cama, y elegir cada parte en función de sus propias necesidades.

Recuerda...