El relleno y el tejido superior: elementos centrales del confort

Existen diferentes tipos de colchones (espuma, visco, látex y muelles), pero también encontramos varios materiales de relleno. Un colchón no lo compone simplemente su «estructura»: se trata en realidad de un conjunto formado por un relleno, un tejido superior y a veces incluso una funda general. Cada capa tiene sus propias funciones, y todas se presentan en diferentes tipos. Para elegir un colchón adaptado a la persona y que garantice un confort óptimo, conviene pues descubrir de forma más detallada las diferentes partes del colchón.

Cada capa del colchón desarrolla una función:

Tecnologías principales

Núcleo o bloque de espuma

Núcleo o bloque de látex

Núcleo o bloque de muelles

El cutí: lo que envuelve el colchón

Se trata del revestimiento de fuera, que asegura que las diferentes capas del colchón se mantengan juntas. Su calidad y su composición son esenciales para garantizar un buen sueño y un confort óptimo, porque el cutí es el elemento que más en contacto está con el usuario. También determina el aspecto del colchón, con diversos motivos y colores, pero también su suavidad: ésta procede directamente del material utilizado.

Encontramos desde el más económico hasta el de gama más alta, polipropileno, polialgodón, algodón, poliéster, viscosa de bambú o también de lana o seda. Sin embargo, la elección de un material en lugar de otro será una cuestión de gusto.
Conviene también comprobar si el cutí ha sido el objeto de un tratamiento. Se puede tratar de un tratamiento antiácaros, antimoho o antiolor, pero aquí también la naturaleza del tratamiento depende del fabricante. Existen tratamientos químicos, pero también tratamientos más respetuosos con la naturaleza y mejores para la salud, en particular a base de aceites esenciales, o también de probióticos.

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El relleno del colchón

El relleno del colchón es responsable de su confort de recepción. Según los materiales que lo componen, se puede tratar de una recepción «mullida» o de recepción «firme». El relleno asegura sin embargo otras funciones, en particular la absorción de la humedad y la regulación de la temperatura. Algunos materiales innovadores están además diseñados especialmente para evitar el sudor nocturno, por ejemplo las espumas dotadas de microcápsulas termorreguladoras con carbón vegetal, destinadas a absorber los olores y mantener un cierto frescor.
También se oye hablar cada vez más de colchones con certificación ecológica y naturales. Se trata en realidad de colchones compuestos por materiales naturales, incluido algunas certificaciones garantizan la proporción mínima. Existen muchos componentes de origen natural que pueden asegurar una cama de calidad, en particular el látex natural, una de las tres tecnologías más corrientes. Con propiedades antiácaros, antibacterianas, respirantes y biodegradables, el látex natural constituye un material para la cama ecológica por excelencia. Otros materiales menos corrientes presentan el mismo tipo de características, como por ejemplo el lino, el bambú, la lana, el cachemira o la seda.
Por fin, algunos fabricantes han apostado por el reciclaje: algunas fibras de poliéster, utilizadas para los colchones de espuma, pueden haberse obtenido a partir del reciclado de botellas de agua.

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Cara de verano y cara de invierno

Es una característica de algunos colchones: ambas caras no son iguales, una está destinada al invierno, la otra al verano. Se trata de hecho del cutí, de diferente composición de cada lado. La cara de invierno en general tiene una composición de lana, que conserva mucho mejor el calor, en cuanto al cutí de la cara de verano será a base de algodón o de lino. Estos últimos, más ligeros, asegurarán una ventilación y absorción de la humedad mejor. Para disfrutar de las características de las diferentes caras, se debe girar el colchón regularmente, algo siempre bueno para el colchón: idealmente, se debe cambiar la cara del colchón 4 veces al año para aumentar su duración de vida.

Recuerda...