La forma de la almohada: privilegiar el rectángulo

Considerando que pasamos cerca de 8 horas diarias con la cabeza encima de una almohada, parece acertado dedicarle la mayor atención. Esto empieza por su compra. Antes de optar por la primera almohada que encuentres, conviene observar algunos criterios esenciales que harán de esta compañera la mejor aliada de un sueño reparador. El primer criterio en el que conviene detenerse es la forma de la almohada. Aunque las más corrientes sean de forma cuadrada, existen en realidad formas diversas y variadas: rectangular, en forma de olas o también en forma de travesaño.

Almohada rectangular

Las formas rectangulares resultan las más adecuadas para acompañar un sueño reparador. Esta constatación se debe al hecho que la cabeza, en cualquier movimiento del usuario durante la noche, tiene más oportunidades de quedarse encima de la almohada.

Almohada en olas

Las almohadas en forma de olas están especialmente diseñadas para evitar al máximo los dolores cervicales y favorecer un sueño saludable, por lo que son altamente recomendables. También se las conoce popularmente como «almohadas ergonómicas cervicales».

Almohada en travesaño

Se trata de una almohada de forma tubular muy larga. No se recomienda en general ya que es fuente de dolores cervicales importantes. Los travesaños cilíndricos también se deben evitar ya que inducen a una mala posición para dormir debido a su importante espesor. Solo los travesaños más planos pueden eventualmente servir.

La composición de las almohadas

Látex, poliéster, plumas, lana e incluso espelta o bambú, los materiales que conforman las almohadas están particularmente diversificados. Las propiedades de cada una así como el confort que procuran difiere totalmente y conviene elegir la que mejor se adapte a cada persona.

Materiales principales

Las almohadas naturales: materiales sanos muy apreciados

Los materiales de origen natural son los más apreciados y los fabricantes de almohadas han satisfecho esta demanda creciente. Las almohadas pueden estar formadas por materiales como la lana, el soja, el bambú, la espelta, el sarraceno y muchos más.

Las almohadas cuya composición es de materiales naturales en general se ofrecen a precios bastante altos. Sin embargo tienen características a veces poco conocidas pero muy interesantes. Las almohadas de sarraceno o de espelta están indicadas por ejemplo para las personas que tienen tendencia a sudar mucho. La almohada de mijo por su parte, extremadamente manejable, ofrece un apoyo incomparable adoptando perfectamente la forma de la nuca. Son alternativas que conviene enfocar, a condición sin embargo de pagar el precio.

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